Pregón de Semana Santa Ovetense 2007

Decía con acierto mi predecesor en ésta tribuna hace un año, mi admirado Javier Neira, que uno de los hechos que más distingue a los humanos de las bestias es la capacidad para intuir el futuro. Así lo creo, pero entiendo que existe otra nota más diferenciadora aún: La capacidad de amar, que nos hace herederos del reino de Dios y partícipes de su naturaleza la cual, según El mismo nos dijo en su visita al mundo como segunda persona, Hijo, constituye la esencia del Creador. Sólo en tal sentido, por estar dotados de la capacidad de amar, podemos entender haber sido hechos a su imagen y semejanza. Pero por ser también de la esencia de la creación, legado del Todopoderoso, y,como trágica consecuencia del castigo impuesto a nuestro común progenitor Adán, todo concepto, toda manifestación humana o natural por bella que sea , toda tesis, tiene enfrente su contraposición; su antítesis. Y así, mientras que las bestias, que no tienen capacidad de amar, destruyen por instintos atávicos, especialmente apetito y sexo derivados del más arraigado, cual el de la supervivencia de la especie, instintos desprovistos de sentimiento, el ser humano, heredero del Reino de Dios por el Amor, participa también por la siniestra herencia del pecado de soberbia del primer hombre, del más abominable de los sentimientos: El odio.[...]