Pregón de la Semana Santa Ovetense 2023
Pregón

PREGÓN SEMANA SANTA OVIEDO 2023

 

Excelentísimas e ilustrísimas autoridades.

Presidente y Miembros de la Junta de Hermandades y Cofradías de Oviedo.

Hermanos Mayores de las Hermandades y Cofradías de Oviedo aquí presentes.

Hermanas y Hermanos Cofrades.

Escolta de pasos de la Guardia Civil.

Familia.

Sras. Y Sres., amigos todos.

Es un auténtico placer verles hoy aquí.

Quisiera comenzar, y así lo hago, expresando el agradecimiento más cálido y sincero, por este honor que me ha sido otorgado; El de ser pregonero de esta Semana Mayor, de esta hermosa ciudad, de mi amado Oviedo. Les diré también que hoy me encuentro feliz, feliz y contento me siento, pues bien sé que el pregonero realmente no soy yo, sino mi querido Cuerpo al que represento, la Guardia Civil. Y es que la Guardia Civil, que al servicio de todos está cada día, también sale en procesión, somos hermanos de honor de varias Hermandades y Cofradías de la ciudad. Es por ello que no extraña que algunos guardias civiles, vistiendo sus mejores galas, voluntarios y en su tiempo libre, formen escolta orgullosa de imágenes y pasos y…, llevando siempre bien y firme el paso les sirvan de compaña. Algunos de ellos están aquí…, no fallan.

Vayan pues, sin mayor demora, mis gracias la Junta de Hermandades y Cofradías de Oviedo por la decisión que hace que hoy esté aquí ante ustedes y, cómo no, agradecimientos al Doctor José Ángel Rodríguez Getino por acompañarme y presentarme con el rigor forense que le caracteriza no exento hoy de algún exceso en cuanto a mi persona… es lo que tiene la amistad. Muchas gracias.

No soy de aquí, no, pero de aquí me siento, ¿Qué les podría contar yo?..., de su Semana Santa, en este oficio de riesgo que es el ser pregonero, nunca a tiempo completo, y siempre con miedo a que las palabras se las lleve el viento o, en el peor de los casos, sean semilla yerma en algún desierto. No les descubriré nada nuevo, tampoco lo pretendo, ya van muchos pregones en Oviedo desde que su bonita Semana Santa alzó los vuelos, otros antes que yo la glosaron y pregonaron con brillantez y gran esmero. No me queda pues, más opción que aceptar y asumir el reto, no sin antes confesar que me gusta arriesgar siempre que el fin sea bueno…, así y sin levantar los pies de la razón, me arrimaré a los sentimientos. Pues ando en el convencimiento de que hay cualidades que nos hacen personas y entre ellas, ahora, saco del baúl precisamente…, el recuerdo. Lo saco para compartirlo…, vamos a ello.

“Era de noche, Viernes Santo, En un pueblín Extremeño Ibahernando llamado. Yo… no alzaría metro y medio Mi madre, al lado, Yo…, de su mano. La notaba diferente Seria… a la par que emocionada Su mirada bien fijada. En un cuerpo yacente. Había bastantes personas. Yo diría…, mucha gente. Cuatro hombres portaban a hombros. Una imagen no muy bien tallada. También había una cruz, un cura, el sacristán y un poquillo más atrás, varias mujeres de negro. Vi paisanos llorando, paisanas también, pétalos de rosa en el suelo y entre el olor a cera e incienso, y algún que otro lamento, un único y pobre tambor, rompía aquel colosal silencio.”

Sí, están ustedes en lo cierto, ese fue mi estreno, mi primera vez, mi primera procesión, tan humilde, sencilla y austera que se configuró en inolvidable recuerdo, y que tantos años después aún me acaricia el alma. Heme aquí yo otra vez… para dar las gracias, pues lo pude revivir, cada año… no lejos de aquí…, siempre en Oviedo y en su Semana Santa. Recuerdos de un niño precoz, recuerdos que un hombre como yo lleva, recuerdos que, al compartirlos, pretenden ser altavoz de esa Semana que llega…. ¿Y cómo explicarla?

Pienso sinceramente, que el mejor mensaje es el sencillo, el que a todos alcanza, el que no excluye a nadie, el que pliegues no tiene, el que mira a los ojos, el que, sin enojos, abre las manos y ofrece lo que es, lo que tiene. Por eso primero escojo… la sencillez y es que me temo que vamos de aquí para allá, siempre como corriendo, como dicen en mi pueblo no hay tiempo “pa casí ná”, para casi nada tenemos tiempo. Y qué gran oportunidad sería parar, reposar un instante… un momento. Buscar en estas fechas un espacio de reflexión, un oasis para alma… y cuerpo, reparar en las cosas sencillas y si así fuere nuestro deseo, seguir el ejemplo de vida que un tal Jesús, de forma sencilla, vivió hace ya cierto tiempo. Parar, reposar, reflexionar… hacen que hoy mi tono y mi ritmo sean pausados, por ser consecuente con el mensaje, para asegurar que cada palabra les llega en seguro viaje sin perder ni una pizca de significado. Y, además, ligo esto con lo auténtico, pues es la autenticidad algo a lo que, por escaso, le otorgo un alto precio. Creo que no se debe olvidar la razón por la cual estamos aquí, más bien hay que saber el “por Qué”, la ignorancia no nos aporta nada y los días de esa Santa Semana estarán llenos de fe, de gran devoción, de pura hermandad, de comunión, de..., en fin, religiosidad y tradición…, pienso que todo ello constituye de este tiempo… la verdadera razón, esa popular manifestación de creencias y sentimientos. Tienen su importancia, patrimonio, cultura, vacaciones, turismo, ocio, economía…, hay tantas…, todo ello da vida, y de alguna manera envuelve y caracteriza a la Semana Santa.

Me permito por tanto ahora, animar a todos a vivirla y…, como diría un marino veterano, al que doy gracias a Dios de tener por hermano…, vivirla: “Sin perder rumbo, con la mayor desplegada, cada cual quizá con ojos distintos con diferentes miradas, pero en fin…, todos en la misma nave que navega y avanza.” Yo les invito a mirar, a fijarse en los detalles, a reparar en esas caras que lloran sin pudor en la calle, a contemplar a esos niños con hábito que son los brotes nuevos para más adelante, a descubrir a una hermana o hermano cofrade que andan descalzos por una promesa que nadie sabe, palpar y sentir el calor de hermandad que en cada procesión subyace.

¡Cómo no poner los ojos en la Borriquilla o en el Cristo de la Misericordia que nos puede llenar de luz!, también el de la Piedad, el Flagelado, la Virgen de la Amargura o la Santa

Cruz. ¡Y qué me dicen del Nazareno!, del Cautivo o el de la Sentencia que también estarán presentes, como La Merced, la Dolorosa o… el Cristo Yacente. Y no podemos dejar de lado, no podemos olvidarnos de la Soledad…, ni mucho menos del Cristo Resucitado. Estar en Oviedo y no vivir su Semana Santa es casi…, casi imperdonable…, no quiero decir pecado. Y estar fuera y venir a vivirla una decisión… permítanme apuntar… mucho más que razonable. Y es que la Semana Santa de Oviedo hay que vivirla, la Semana Santa de Oviedo es única, la hacen única sus Hermandades y Cofradías que, con el empeño de mayores medianos y niños, se esfuerzan día tras día, y se entregan año tras año, también sus pasos procesionales, auténticas joyas y obras de arte engalanadas, las parroquias que las acogen y que les sirven de santa morada, las instituciones que las apoyan conscientes de que son patrimonio, las calles de Oviedo por donde las procesiones fluyen cual montañés arroyo vistiéndolas de color, sabor, olor, pasión, fervor…, las escoltas de tantas instituciones, además de la Guardia Civil, que acompañan a pasos e imágenes…y ¿cómo no?, todo aquel curioso o devoto que a ellas se asoma pues quiero pensar que la Semana Santa es de… y para todos.

Así, creo que todos debemos cuidar y preservar una tradición que siendo única tiene un bello nexo de unión con tantos pueblos de España. Y con la licencia que me da el tener el uso de la palabra, la empleo como llamamiento a la sociedad y sus representantes para que la mimen, escuchen e impulsen y así…, año tras año… pueda seguir adelante. Es justo también mostrar un reconocimiento al esfuerzo de las personas que abrazan la responsabilidad de estar al frente de Hermandades y Cofradías y por supuesto a todos los hermanos cofrades que con su labor callada y constante hacen posible la Semana Santa.

Vivámosla pues con alegría y fervor, acompañémosla en procesión, para escoger hay días, de Ramos a Resurrección, todos con significado, todos ellos con un mensaje grabado…, cofrade y cristiano…, ¡eah! ...vivámoslo.

En fin, ya para terminar, con un nuevo agradecimiento por hacerme pregonero y en esta ciudad, a la que no podré olvidar…, Oviedo, y al estilo militar ya que militar y Guardia Civil me confieso, además de español, extremeño y, con su permiso, asturiano del sur…, ahora les pido que me acompañen, en un par de vivas que lo resumen todo: ¿Están ustedes dispuestos? ¡Viva Oviedo! ¡Viva su Semana Santa!

Muchas gracias.

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