Pregón de Semana Santa Ovetense 2006
Pregón

Señor Obispo, Señor presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa ovetense, Querida colega, Señoras y señores, El trazado curvilíneo de la Traslacerca carbayona –propio de teatralidades urbanas mismamente de Londres– o, más claro para menos entendidos, según diría Fray Gerundio de Campazas, el suave arco de la calle Jovellanos de Oviedo; pues eso, el suave arco de la calle Jovellanos de Oviedo parece que ni pintado para subrayar el creciente lento del sol cuando nace y se estira de mañana clara. O también, el avance de una manifestación de penitencia que paso a paso se mueve cadenciosa a la caída de la tarde caída. Primavera serena en la ciudad de Fruela, allá por los últimos años cincuenta del siglo pasado, la luz tendida entra desde la zona alta de la capital despierta, silencio y más silencio porque la piedad tiene carácter oficial, las primeras farolas aun no piden licencia para ejercer su causa y al fondo aparecen unas figuras que se deslizan apenas a diez pasos el minuto, embozadas porque la humildad obliga, con los colores encendidos de la pasión representada y unas velas tan incorregiblemente tímidas que apenas se adivinan en un paisaje urbano más insinuado que dibujado: tarde de Jueves Santo en Oviedo, la cruz de guía de la procesión del Silencio llega a la altura de la panadería del Molinón y su chimenea ya perdida, la cola aun espera en la plaza de Feijoo –santo de hecho siquiera sea por los méritos de su honda sabiduría– los tambores redoblan con una fuerza nunca vista en estas coordenadas y la escena crece y crece y crece hasta presidir todo el espacio vivido y marcar de emoción la misma anchura del presente.[...]

Descripción