Viernes Santo

LUGAR: Parroquia de San Isidoro el Real


HORA DE SALIDA: 18:00 horas


RECORRIDO:

  1. San Isidoro el Real
  2. Magdalena
  3. Juan Botas Roldán
  4. Plaza Daoíz y Velarde
  5. Arco de los Zapatos
  6. Fontán
  7. Suárez de la Riva
  8. Marqués de Santa Cruz
  9. San Francisco
  10. Eusebio González Abascal
  11. Plaza de la Catedral
  12. La Rúa
  13. Cimadevilla
  14. San Isidoro el Real

Morabetinos de la Dolorosa

Es el Paso de los más pequeños de la Cofradía. Los niños acompañan a la procesión en el primer tramo, desde el año 2004, portando una imagen de un Niño Jesús sobre un pequeño trono. La imagen procede de los talleres de El Arte Cristiano de Olot y fue regalada a la parroquia por una familia de feligreses. Su valor es más sentimental que artístico.

Ecce Homo

Procesionó por primera vez en el año 2006 sobre los hombros de los adolescentes de la Cofradía. Efectúa su salida sobre unas antiguas andas sobre las que procesionaba Nuestra Señora de de los Dolores. Se atribuye la autoría al imaginero Antonio de Borja (1661-1730).

Yacente

Realiza su salida procesional sobre los hombros de veinticuatro costaleras bajo la dirección de otra mujer como capataz y escoltado por la Guardia Civil. El Cristo Yacente es portado en una urna de madera recubierta de pan de oro sobre un paso estrenado en el año 2005 decorado con iconos bizantinos que representan a la Virgen de la Pasión y al Pantocrátor.

Dolorosa

El Paso de la Dolorosa hace su recorrido detrás de la urna con su Hijo muerto. Es portada por veinticuatro costaleros con su capataz y escoltado por la Policía Nacional. Sobre su trono procesional decorado con tallas de castaño y sobre un vergel de flores la Señora de Oviedo, traspasado su corazón por siete puñales, acompaña a su Hijo en la espera de la Resurrección.

Ceremonia del epitafio

Ante las puertas de la Catedral tiene lugar, desde el año 2004, un breve rito de inspiración oriental, lleno de amor y veneración ante la imagen del Yacente. Un grupo de niños, los Morabetinos de la Dolorosa, lo honran derramando pétalos de flores sobre la imagen, mientras un sacerdote lo inciensa después de haber recitado un texto que recuerda lo que hizo José de Arimatea una vez descolgado el cuerpo de la cruz. A continuación reemprende su camino inclinándose la imagen de Nuestra Señora de los Dolores a su paso.