Debemos cuidar el legado material y patrimonial de quienes nos abrieron el camino
La puesta en marcha de esta nueva web coincide con el inicio de un curso pastoral muy importante para todos nosotros ya que desde este próximo 6 de noviembre hasta el mismo día de 2020 celebraremos el 25 aniversario de la refundación de nuestra cofradía. En estos años hemos añadido a nuestro nombre los títulos de Real, Trinitaria y Archicofradía y al Cristo Yacente; y a Nuestra Señora de los Dolores se le han unido la Inmaculada Concepción y la Santísima Trinidad como titulares de gloria. Fusiones que no han querido ser simplemente simbólicas o gestos vacíos sino que han buscado que no se perdieran los cultos que los feligreses de nuestra parroquia han luchado por mantener vivos con fe y dedicación. Llevamos ahora por tanto con honra y responsabilidad los títulos que a tan importantes devociones y tradición hacen referencia.
Han sido años también de despedir a muchos y buenos cofrades sin cuya incansable labor no estaríamos donde estamos, y de dar la bienvenida a otros muchos: niños, jóvenes y mayores que han cogido el testigo de la ilusión y la entrega de nuestros antecesores. En Semana Santa, en las peregrinaciones, en la Casa de Hermandad, los días 15 ante la Señora, en las celebraciones, en los grupos de trabajo… en cada momento nuestros cofrades han hecho posible que la cofradía siga adelante con entusiasmo y mucha energía; y, sobre todo, han hecho entre todos comunidad y por lo tanto Iglesia. Esta es sin duda la labor más importante de cualquier carisma: saber que estamos llamados a evangelizar, a dar testimonio y a sentir y ser conscientes de que formamos parte de esa Iglesia con mayúsculas que a todos nos acoge y que entre todos tenemos sustentar, cuidar y llenar de vida.
Y todo sin perder de vista que debemos cuidar ese legado inmaterial, y también patrimonial, que nos entregaron quienes nos abrieron camino y lograr así que perdure para aquellos que nos siguen y que si Dios quiere continuarán sumando años de historia a la cofradía: procurando entregarles una versión que refleje lo mejor de nosotros mismos sin perder la esencia y nuestras señas de identidad. Esas que nacen y se fortalecen en nuestros titulares que siempre nos acogen y cuidan, y en los que ponemos la mirada en cada uno de los momentos importantes de nuestra vida con la absoluta seguridad de que estarán ahí. Ese es el sentir cofrade que nos impulsa y que nos hace implicarnos de corazón, para mayor gloria suya, en nuestra cofradía.