XLVI Convivencia de Cofradías de la Soledad
El pasado fin de semana, 19 y 20 de octubre, un grupo de dieciséis cofrades, presididos por nuestro Rector, hemos ha acudido a la XLVI Convivencia Nacional de Cofradías de la Soledad que se ha celebrado en la ciudad de Priego de Córdoba.
El sábado emprendimos camino, con un pequeño madrugón, para cruzar las diversas provincias que nos acercaban a nuestro destino: Alcalá la Real. Población donde pernoctamos durante estos días. Una vez instalados y después de reponer fuerzas pudimos disfrutar de un pequeño paseo antes de retirarnos a descansar.
Al día siguiente nos encaminamos hacía Priego, lugar de celebración de la convivencia, donde participamos de los actos institucionales de bienvenida y formación (la ponencia fue pronunciada por D. Ramón Cañizares Japón y llevaba por título “Las Hermandades de Nuestra Señora de la Soledad, en la raíz de la religiosidad popular española”) en el Teatro Victoria. Concluidos estos nos dirigimos a la Parroquia de la Asunción donde se celebró la Santa Misa presidida por su Eminencia Reverendísima el Señor Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla, Don Carlos Amigo Vallejo, que concluyó con el traslado de la Santísima Virgen de la Soledad a la Iglesia de San Pedro, sede canónica de la hermandad anfitriona. Y, como es tradicional, se cerraron los actos con la comida de hermandad, la entrega de recuerdos y la proclamación de la próxima localidad organizadora del encuentro; en esta ocasión El Puerto de Santa María (Cádiz). A lo largo de la jornada pudimos saludar a multitud de viejos conocidos que siguen recordando con cariño la convivencia vivida en Oviedo en el año 2015. Antes de regresar a nuestro hotel no quisimos dejar pasar la oportunidad de visitar el Castillo de Alcalá la Real que preside desde lo alto la localidad.
El lunes emprendimos nuestro retorno para tierras asturianas, no sin dejar de adquirir el afamado aceite de esas tierras andaluzas llegando sin novedad a última hora de la tarde a Oviedo. Has sido días de recorrer muchos kilómetros pero que han servido para renovar la devoción a la Madre en su advocación de la Soledad, conocer y compartir unas horas de fraternidad con hermanos llegados de multitud de lugares, incluso desde México.